MYPES, NO MATEMOS A LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO
PARTE 1
1- ESTRUCTURA
ECONOMICA
Para tratar de
entender la economía del Perú, debemos revisar la base de la Economía Peruana.
La productividad y la producción de las empresas, así tenemos:
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Este segmento
empresarial representa el 99,5% del total de empresas formales en la economía
peruana, el 96,2% son microempresas, 3,2% pequeña y 0,1% mediana–. De las
cuales el 87,6% de ellas se dedican a la actividad de comercio y servicios, y
el resto (12,4%) a la actividad productiva (manufactura, construcción,
agropecuario, minería y pesca).
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De acuerdo con
cifras de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), elaborada por el Instituto
de Estadística e Informática (INEI), en 2019, las micro y pequeñas empresas
(Mype) representaron el 95% de las empresas peruanas y emplearon a un 47.7% de
la población económicamente activa (PEA), lo que equivale a un crecimiento del
4% en el empleo. Las Mype registran ventas anuales en constante crecimiento y
equivalen a un 19.3% del PBI, con un monto un 6% mayor al registrado en 2018.
Sin embargo, este pilar del tejido empresarial opera bajo un contexto
permanente de informalidad y en condiciones de desventaja competitiva. Según la
Enaho, la informalidad de estas empresas, medida por su condición de registro
frente a la SUNAT, alcanzó un 83.8% en 2019.
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En los últimos
cinco años (2013-2017) el número de empresas formales de este segmento se ha
incrementado un ritmo promedio anual de 7,2%. Sin embargo, aún persiste un
alto porcentaje de informalidad, ya que el 48.4% de las MYPE no están inscritas
en SUNAT.
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Al tercer
trimestre del presente año, el número de empresas activas en el país incluidas
en el Directorio Central de Empresas y Establecimientos ascendió a 2 millones
699 mil 130 empresas, cifra mayor en 11,0% en comparación con similar periodo
del año 2018; así lo dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística e
Informática (INEI) en el informe técnico Demografía Empresarial en el Perú.
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También,
informó que, en el trimestre de análisis, se constituyeron 77 mil 634 empresas
y se dieron de baja 34 mil 529 registrándose una variación neta de 43 mil 105
empresas.
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Cabe mencionar
que la tasa de natalidad relaciona las empresas creadas al inicio del tercer
trimestre del 2019 con el stock empresarial al final del periodo constituyó el
2,9% del total; mientras que, la tasa de mortalidad empresarial relaciona las
empresas dadas de bajas al inicio del mismo periodo con el stock empresarial al
final de periodo fue de 1,3% del total y presentó una tasa de variación neta de
1,6%.
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Salones de
belleza registraron la mayor tasa neta de crecimiento al tercer trimestre de
este año. Según actividad económica, los salones de belleza registraron la
mayor tasa neta con el 2,8%, seguido de las actividades de servicio de comidas
y bebidas (2,6%), construcción (2,5%), comercio al por menor (1,8%), comercio
al por mayor y venta y reparación de vehículos (1,7% cada una), así como las
actividades de alojamiento (1,6%) entre otras. Creación de empresas se
incrementó en 21,8%
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En comparación
al segundo trimestre 2019, se registró variación neta de 5 mil 269 empresas.
Asimismo, se observó un aumento del 7,3% en el número de altas. Las actividades
que presentaron mayor variación de altas en el tercer trimestre de 2019 en
comparación con similar periodo del año anterior fueron explotación de minas y
canteras (44,3%), salones de belleza (34,5%), actividades de servicio de
comidas y bebidas (33,8%) y comercio al por menor con 30,9%. En cambio, la
actividad que presentó una variación menor en el tercer trimestre comparada con
igual periodo del año anterior, fueron información y comunicaciones (0,2%).
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Empresas dadas
de baja por el cierre o cese definitivo de sus actividades totalizaron 34 mil
529. El INEI dio a conocer que 34 mil 529 empresas fueron dadas de baja
registrándose una variación de 50,3% en comparación con similar periodo del año
anterior. Además, se registró variación neta de 3 mil 364 empresas con relación
al trimestre anterior del mismo periodo lo cual representó un aumento en el
número de bajas de empresas del 10,8%.
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En el tercer
trimestre de 2019, las actividades que presentaron mayor variación de bajas en
comparación con similar periodo del año anterior fueron transporte y
almacenamiento (153,1%), seguido de industrias manufactureras (72,2%), otros
servicios (69,1%), agricultura, ganadería, silvicultura y pesca (60,5%) y
comercio al por mayor (56,2%). Por el contrario, la actividad que presentó una
variación negativa fue la actividad de explotación de minas y canteras
(-33,1%).
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En el
departamento de Lima se crearon 32 mil 880 empresas. Solo la Provincia de Lima
representó el 40,0% del total de empresas, es decir, que de cada diez nuevas
empresas cuatro inician actividades en esta jurisdicción. Le siguió Arequipa
(6,0%), La Libertad (5,8%), Piura (4,4%), Cusco (4,3%), Junín y Lambayeque
(3,7% para cada caso) entre los principales. Los departamentos con menor
participación en el número de altas de empresas fueron Moquegua (0,6%), Pasco y
Tumbes (0,7% cada uno), Amazonas y Huancavelica (0,8% cada uno) y Madre de Dios
(0,9%).
Entonces si queremos hacer un gráfico, tenemos que
el 1% de las empresas, en el Perú, son las que se enriquecen, y el resto solo
sobrevive.
Luego tenemos
que revisar la:
2- AGENDA
SOCIAL
Debemos tener en
cuenta la relación pobreza, crecimiento económico y programas sociales, donde
vamos a poder hacer el siguiente análisis:
a) El
crecimiento económico es una condición necesaria, aunque no suficiente para
reducir la pobreza.
b) Reducir
la pobreza extrema importa no solo el nivel de crecimiento del PBI sino una
distribución adecuada.
c) Los
programas sociales deberían compensar el todavía débil impacto del crecimiento
económico en la pobreza extrema, donde vamos a encontrar alguna causa para
explicar este problema son las siguientes: La insuficiencia del gasto social,
la ineficiencia e ineficacia del gasto social, el tipo de gasto a programa (asistenciales
o protectores y los habilitadores).
Resumiendo, y
simplificando, los programas sociales en el Perú, enfrentan un triple reto:
a) Aumentar
la inversión social en educación, salud y programas pro-pobres hasta alcanzar
por lo menos el promedio regional de 3.2% del PBI y así poder ampliar la
cobertura.
b) Mejorar
la calidad de la inversión social, disminuyendo la filtración y optimizando la
focalización sobre todo la regional. Ello implica, asimismo, mejorar la calidad
de los servicios públicos en educación básica y superior. Y en la promoción y
prevención de la salud colectiva e individual.
c) Combinar
los programas protectores con componentes habilitadores (educación sanitaria,
capacitación a los beneficiarios para acceder a oportunidades de ingreso)
convirtiéndolos en programas mixtos y dar mayor énfasis a los programas
habilitadores.
3- FOCALIZACION
Con el objeto de
saber quiénes son los individuos menos favorecidos es necesario distinguir
entre la pobreza moderada y la extrema, ya que los individuos ubicados en esta
última categoría son los que deben ser beneficiados por los principios de
justicia. Así, los pobres extremos son las personas que no tienen un nivel de
nutrición suficiente, lo cual incide en un desempeño físico y mental deficiente
que no les permite participar en el mercado de trabajo ni en actividades
intelectuales, como la educación. Además, la condición de pobreza extrema
prácticamente impide cualquier movilidad social; los pobres extremos nacen y
mueren por lo general en la misma situación. Por otra parte, los pobres
moderados son los que, debido al grado de desarrollo de un país en un momento
dado, no cubren lo que se considera como necesidades básicas. Se diferencian de
los pobres extremos en que sí tienen la capacidad, pero no las oportunidades de
participar en actividades económicas e intelectuales Los habitantes en extrema
pobreza requieren medidas inmediatas para salir de la marginación y para
reducir su debilidad y su vulnerabilidad al medio
Ahora bien,
según Santiago Levy (citado por Dieterlen, 2003: 29) se identifican siete
características en la situación de las personas que se encuentran en estado de
pobreza extrema:
1. Tienen
una tasa más alta de fecundidad.
2. No
pueden responder a una baja transitoria de salarios. No les es posible trabajar
más de lo que hacen y, por lo tanto, no pueden compensar los tiempos de
depresión económica.
3. Los
miembros de las familias que se encuentran en una situación de pobreza extrema
tienen una tasa más alta de participación en la vida económica, y los hijos
participan desde temprana edad. Por esta razón, el costo de la educación es
demasiado alto.
4. Es menor
su capacidad para enfrentar los riesgos, ya que tienen amenazas nutricionales
inducidas por la caída del ingreso. Con poco acceso al crédito y pocos activos
comercializables, las reducciones en el ingreso se traducen de inmediato en
consumo menor.
5. La dieta
cambia según la elasticidad del precio de los alimentos y del ingreso.
6. El nivel
nutricional tiene un efecto directo en la productividad, tanto en el caso de
los adultos como en el de los niños.
7. Finalmente,
la importancia de la desigualdad dentro de las familias es mayor en los hogares
que se encuentran en una situación de pobreza extrema, ya que ésta determina
cómo los recursos adicionales para la familia como un todo se traducen en
recursos para cada uno de sus miembros.
De esta manera,
el uso de estadísticas oficiales para la aceptación de los grupos en pobreza
extrema debe partir de procedimientos claros. La situación de la pobreza
extrema se detecta por varios indicadores:
- la
composición del hogar por edad y sexo;
- el
analfabetismo; la actividad económica y el ingreso de las familias; la
presencia de;
- el acceso
a los servicios básicos, a los bienes y a la propiedad de tierra y animales. En
cuanto a los ingresos, se considera que una familia se encuentra en situación
de pobreza si su ingreso per cápita es insuficiente para adquirir la canasta alimentaria
normativa; otra manera de medir el grado de pobreza extrema es a partir de los
niveles de desnutrición.
Para comparar la
pobreza entre países, se utiliza la clasificación entre pobreza relativa y
absoluta. En esta interpretación se hace énfasis en las formas de consumo
determinadas por condiciones histórico-culturales, detectadas por los organismos
internacionales. Robert MacNamara, cuando fue presidente del Banco Mundial,
destacó la importancia de distinguir entre la pobreza absoluta y la relativa,
donde la segunda se refiere a la que existe en las naciones industrializadas,
en las que algunos ciudadanos son pobres en comparación con sus vecinos.
Las personas que
viven en un estado de pobreza relativa en Australia pueden estar mejor que los
pensionados en Gran Bretaña, y éstos no son pobres si los comparamos con los
que existen en Malí o Etiopía. La pobreza absoluta, por otro lado, es pobreza
según cualquier estándar.
En palabras de
MacNamara: La pobreza en un nivel absoluto es una vida en los niveles ínfimos
de la existencia. Los pobres absolutos son seres humanos con graves carencias,
que luchan por sobrevivir en un ambiente de circunstancias miserables y
degradantes casi más allá de lo que puede concebir el más sofisticado poder de
la imaginación. Comparados con aquellos afortunados que viven en los países
desarrollados, los que viven en los países pobres tienen una tasa de mortalidad
ocho veces mayor, una expectativa de vida un tercio más baja, una tasa de
analfabetismo sesenta por ciento mayor.
Uno de cada dos
miembros de la población se encuentra por debajo de los niveles nutricionales aceptables,
y millones de niños pequeños consumen menos proteínas de las que se necesitan
para un desarrollo óptimo del cerebro [Dieterlen, 2003: 31-32].
Por
consiguiente, la pobreza relativa se define en relación con otras situaciones y
contextos sociales con los cuales es confrontada y diferenciada, como también
lo son sus grados y heterogeneidad, y el análisis remite a privaciones mayores
o menores, derivadas de la comparación.
En tanto, la
pobreza absoluta alude a estados de carencia en los que se pasan por alto
necesidades que todos, por compartir la calidad de seres humanos, tienen el
derecho de satisfacer, razón por la cual no pueden ser relativizadas (Mendoza:
2001). De esta manera, según Ziccardi (citado por Lozada, 2002: 56-58), las
desventajas deben involucrar tres dimensiones: privación, exclusión y,
desigualdad económica, social y espacial:
a) Privación. Asociada a las condiciones de empleo que colocan
a los trabajadores y a sus familias en una situación de precariedad. Medida a
través del ingreso global en relación con lo necesario para acceder a un
conjunto de bienes básicos.
b) Exclusión. Se refiere a las dificultades de acceder a
los bienes básicos (alimentación, salud y educación), lo cual coloca al
trabajador y a su familia en una situación de exclusión social directa, como un
conjunto de mecanismos que son considerados factores de riesgo social que
agravan la situación de pobreza o impiden su superación, tales como:
discriminación étnica y de género, los obstáculos para acceder al crédito, a la
justicia, vivienda y servicios básicos, a las instancias de decisión
gubernamental y política.
c) Desigualdad
económica, social y espacial. Existentes
entre el campo y la ciudad, entre regiones ricas y regiones pobres, en las
condiciones en las que viven algunos sectores de la población y la constante
miseria de las mayorías; desigualdad en el empleo y en los bienes y servicios,
producto de las condiciones desventajosas en las que se integran los indígenas,
las mujeres, los jóvenes que no acceden a niveles adecuados de educación y
capacitación.
Ing. Cesar Zapata
975428179
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